viernes, 20 de abril de 2012

 Es difícil darse cuenta que lo que sentíamos que nos hacía bien, no es en realidad lo que parece, ¿no? hablo de la confidente que al final no lo era, o del amigo que prefirió ser más amigo de la forra que no bancas.
Es difícil que nos rompan la burbuja cuando podríamos habernos quedado tranquilamente en el cuento. Pero la vida es así y a veces nos da que pensar; ¿qué preferís, que te digan que te digan la verdad, o vivir con los ojos tapados para siempre? No está bueno darse cuenta que lo que alguna vez nos hizo bien, ahora nos destruye, pero tampoco está bueno entenderlo cuando no tenes vuelta atrás.
Las cosas pasan por algo, y es verdad que lo que no te mata te fortalece.
Tardé años en darme cuenta cual era el factor que me hacía mal, hasta que traté (muchas veces en vano) de olvidarmelo, y aunque, escribiendo esto, seguramente algo lo estaré recordando, me pasa que ya no recuerdo los momentos de mierda cuando me dí cuenta que realmente no era lo que parecía, sino los lindos, a los que me hubiera gustado tener una polaroid para documentar todo.
En vez de vivir quejandonos de lo que no fue y proyectando lo que podría haber sido, preguntemonnos, ¿por qué fue? ¿cómo fue que llegamos de ser presente a ser pasado? y saquemos lo malo, lo que nos hace mal, tratemos de quedarnos con lo lindo que fue y no con como o por que termino.
Pare de sufrir.